El cerebro es uno de los órganos más frágiles de nuestro cuerpo, casi tan suave como el tofu. Por otra parte, los implantes cerebrales, están hechos de metal y otros materiales duros que pueden causar inflamación y la acumulación de tejido cicatricial con el paso del tiempo.
Es por esa razón que investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) están poniendo todo su empeño en desarrollar implantes neuronales suaves y flexibles que puedan adaptarse fácilmente a los contornos del cerebro y monitorear la actividad durante períodos más largos, sin perjudicar el tejido circundante. Esos objetos electrónicos flexibles podrían ser opciones más suaves a los electrodos existentes, los cuales se basan en metales diseñados para controlar la actividad cerebral. Además, estos pueden ser útiles en implantes cerebrales que estimulan las regiones neuronales con el fin de aliviar los síntomas en pacientes con enfermedad de Parkinson, depresión severa y epilepsia.
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Estos experimentos están siendo dirigidos por el profesor de ingeniería mecánica y de ingeniería civil y ambiental, Xuanhe Zhao. De esta manera, el equipo de investigación ha logrado imprimir sondas neuronales y otros dispositivos electrónicos en 3D. Estos objetos poseen una textura parecida a la de un caucho, pues son suaves y flexibles.
Asimismo, fueron elaborados a partir de un tipo de polímero, o plástico blando, que sirve como conductor de electricidad. Los ingenieros convirtieron esta solución de polímero conductor normalmente líquido en una sustancia viscosa, semejante a una pasta de dientes, que más adelante podrían alimentar mediante una impresora 3D convencional para establecer patrones estables y eléctricamente conductores.
Los científicos imprimieron varios dispositivos electrónicos blandos, incluyendo un pequeño electrodo de goma, que implantaron en el cerebro de un ratón posteriormente. Mientras el ratón se desenvolvía con total libertad en un ambiente controlado, la sonda neuronal pudo detectar la actividad de una sola neurona. El hecho de controlar esta actividad proporciona a los investigadores una imagen de mayor resolución de la actividad cerebral, así como también ayuda a ajustar los implantes cerebrales a largo plazo para diferentes trastornos neurológicos.
En consecuencia, el desarrollo de estos implantes neuronales flexibles permitirá a los científicos estudiar y comprender mejor algunos trastornos de la conducta humana y enfermedades poco conocidas como el Alzheimer. Además, otros investigadores y desarrolladores que cuenten con impresoras 3D podrán elaborar sus propias versiones de este dispositivo, con el fin de realizar otras aplicaciones que necesiten de polímeros conductores flexibles.
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